Bienvenidos a otra entrada más de nuestro blog, soy la Srta.
Erase una vez y voy a contaros una historia real de una infancia, la cual,
estuvo marcada negativamente por factores que luego expondré:
- A los 2 años: Mi madre ha vuelto a dejarme en ese horrible
lugar, no entiendo bien que ocurre, se ha ido, no paro de llorar, la echo de
menos, estoy sola. La gente me mira raro, aunque todos parecen ser como yo ¿qué
tengo de malo? ¿quién es esta figura que me da órdenes y me quita mis juguetes?
Ya nada es como antes, ya no soy feliz.
- A los 4 años: ya he aceptado la realidad, estaré encerrada
en este lugar a las órdenes de quien llaman profesor para siempre, por suerte,
la barrera de las diferencias ha caído, no estoy sola, tengo amigos que me
comprenden y siempre estarán conmigo.
- A los 6 años: hemos cambiado de etapa, me han echado de mi
clase, vuelvo a no conocer a nadie, soledad ¿qué quieres de mí? ¿por qué me
persigues? Mis amigos están al fondo del pasillo pero parece que están a mil
abismos de distancia. Estas nuevas personas... me miran mal ¿hice algo que les
haya podido molestar? Si solo llevo unos minutos aquí... seguramente me verán
como una intrusa. Supongo que en los descansos podré escapar de esta sensación
y ver a mis amigos en la otra clase.
- A los 11 años: he intentado durante estos años integrarme
en mi clase, pero no he conseguido hacer nada, cada vez es peor... he acabado
convirtiéndome en un ermitaño, los rumores sobre que soy un bicho raro se han
multiplicado cada día, hablo sobre temas que a los demás no les interesa y por
los que he empezado a tener interés pero sin mucha base como los valores y mis
gustos en cuanto al ocio, como ver anime (dibujos japoneses) por ello soy una
friki y no merezco tener amigos, o eso me han hecho ver, en cuanto a mis amigos
de la otra clase... han acabado olvidándome, si soy un recuerdo lejano es lo
máximo que llegaré a ser. He acabado aceptando que soy una ANTISOCIAL y no
necesito a nadie más para sobrevivir.
- A los 14 años: he recapacitado y me he dado cuenta de que
no podemos vivir solos, pero también he aceptado que por los prejuicios de la
gente asentados en esta sociedad, no me va a ser fácil encontrar las
aceptación. He intentado ser amable pero no funciona, los prejuicios son más
grandes que los hechos, ahora se ríen más de mí si cabe, es injusto. No he
tenido la oportunidad de ser para los demás. Lo que es cierto es que nunca
cambiaré para que los demás me acepten, soy yo misma y deben quererme por lo
que soy no por como cambie.
He empezado a pensar sobre lo que me intentan inculcar a la
fuerza ¿algo invisible que lo creó todo y nos protege? Si hay desgracias
continuamente, lo siento pero ese cuento ya no me lo creo. Ahora cada vez que
hablo sobre esto muchas personas saltan a mi yugular ¿no puedo dar mi opinión?
Vosotros no me dejasteis elegir y ahora no dejáis que me queje por ello, ya
sabía desde hace tiempo que el mundo es injusto pero no pensé que llegaría a
estos extremos.
Por suerte he encontrado a alguien en mi misma situación en
clase, a todos les parece raro pero... yo creo que es normal. Ahora que vamos
juntos la gente se mete con nosotros más aún ¿tienen miedo de que nos juntemos
y les superemos? ¿por qué se ríen ahora de nosotros si no estamos solos? Aun
hay muchas cosas que no entiendo.
- A los 16 años: Vuelvo a cambiar de etapa, pero ahora estoy
todavía más perdida, un nuevo centro escolar y por encima de lo obligatorio.
Por suerte ahora la gente parece más madura, he conseguido amigos rápido, se
parecen un poco a mí, aunque con quien mejor me llevo sea totalmente opuesto...
supongo que eso no es importante.
Ha pasado el tiempo y nos hemos separado, la competitividad
del sistema actual ha resurgido sobre la amistad y el respeto, ahora no somos
amigos, somos rivales. Mi amistad fuera de clase ya es casi inexistente,
clandestina, esta vez las sospechas y la desconfianza que nos han enseñado a
tener jugaron una mala pasada en mi vida. No estoy sola pero... tampoco sé en
quien puedo confiar. Todo el mundo parece utilizarme y no quieren una amistad,
quieren un objeto, un esclavo.
- A los 18 años (actualidad): He vuelto a cambiar de etapa,
pero no solo de etapa, también de ciudad, de estilo de vida... Y aún así no me
siento tan perdida como podría parecer. Es cierto que voy a echar de menos esa
inocencia y mirada infantil que, por desgracia, la sociedad hizo que me saltara
y, por ello, nunca tuve. No escribo todo esto para dar pena o para que se rían
de mí. Esto es para hacer una DENUNCIA SOCIAL , para que los niños de hoy no
sigan sufriendo este maltrato psicológico producto de enseñarles desde pequeños
la discriminación al diferente, la falta de empatía y el egoísmo. Quizá
podríamos aplicar un sistema parecido al de Summerhill en el que los niños
veían la necesidad de los demás. Hoy en día los valores que se promueven son el
método de "usar y tirar" a los demás, la xenofobia, el consumismo, la
competitividad... que hacen que casos como el mío, o incluso casos más graves
se den cada día sin intención de solucionarlo, lo que hace que muchas personas,
en el futuro, tengan problemas para relacionarse ¿queremos un mundo basado en
el respeto o en la discriminación? Gracias por leerme. Esta ha sido mi vida y
la de muchos, hasta pronto.
Fdo: una futura educadora social
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