domingo, 12 de enero de 2014

La crueldad de la sociedad ante una infancia real


Bienvenidos a otra entrada más de nuestro blog, soy la Srta. Erase una vez y voy a contaros una historia real de una infancia, la cual, estuvo marcada negativamente por factores que luego expondré:

- A los 2 años: Mi madre ha vuelto a dejarme en ese horrible lugar, no entiendo bien que ocurre, se ha ido, no paro de llorar, la echo de menos, estoy sola. La gente me mira raro, aunque todos parecen ser como yo ¿qué tengo de malo? ¿quién es esta figura que me da órdenes y me quita mis juguetes? Ya nada es como antes, ya no soy feliz.

- A los 4 años: ya he aceptado la realidad, estaré encerrada en este lugar a las órdenes de quien llaman profesor para siempre, por suerte, la barrera de las diferencias ha caído, no estoy sola, tengo amigos que me comprenden y siempre estarán conmigo.

- A los 6 años: hemos cambiado de etapa, me han echado de mi clase, vuelvo a no conocer a nadie, soledad ¿qué quieres de mí? ¿por qué me persigues? Mis amigos están al fondo del pasillo pero parece que están a mil abismos de distancia. Estas nuevas personas... me miran mal ¿hice algo que les haya podido molestar? Si solo llevo unos minutos aquí... seguramente me verán como una intrusa. Supongo que en los descansos podré escapar de esta sensación y ver a mis amigos en la otra clase.

- A los 11 años: he intentado durante estos años integrarme en mi clase, pero no he conseguido hacer nada, cada vez es peor... he acabado convirtiéndome en un ermitaño, los rumores sobre que soy un bicho raro se han multiplicado cada día, hablo sobre temas que a los demás no les interesa y por los que he empezado a tener interés pero sin mucha base como los valores y mis gustos en cuanto al ocio, como ver anime (dibujos japoneses) por ello soy una friki y no merezco tener amigos, o eso me han hecho ver, en cuanto a mis amigos de la otra clase... han acabado olvidándome, si soy un recuerdo lejano es lo máximo que llegaré a ser. He acabado aceptando que soy una ANTISOCIAL y no necesito a nadie más para sobrevivir.

- A los 14 años: he recapacitado y me he dado cuenta de que no podemos vivir solos, pero también he aceptado que por los prejuicios de la gente asentados en esta sociedad, no me va a ser fácil encontrar las aceptación. He intentado ser amable pero no funciona, los prejuicios son más grandes que los hechos, ahora se ríen más de mí si cabe, es injusto. No he tenido la oportunidad de ser para los demás. Lo que es cierto es que nunca cambiaré para que los demás me acepten, soy yo misma y deben quererme por lo que soy no por como cambie.

He empezado a pensar sobre lo que me intentan inculcar a la fuerza ¿algo invisible que lo creó todo y nos protege? Si hay desgracias continuamente, lo siento pero ese cuento ya no me lo creo. Ahora cada vez que hablo sobre esto muchas personas saltan a mi yugular ¿no puedo dar mi opinión? Vosotros no me dejasteis elegir y ahora no dejáis que me queje por ello, ya sabía desde hace tiempo que el mundo es injusto pero no pensé que llegaría a estos extremos.

Por suerte he encontrado a alguien en mi misma situación en clase, a todos les parece raro pero... yo creo que es normal. Ahora que vamos juntos la gente se mete con nosotros más aún ¿tienen miedo de que nos juntemos y les superemos? ¿por qué se ríen ahora de nosotros si no estamos solos? Aun hay muchas cosas que no entiendo.

- A los 16 años: Vuelvo a cambiar de etapa, pero ahora estoy todavía más perdida, un nuevo centro escolar y por encima de lo obligatorio. Por suerte ahora la gente parece más madura, he conseguido amigos rápido, se parecen un poco a mí, aunque con quien mejor me llevo sea totalmente opuesto... supongo que eso no es importante.

Ha pasado el tiempo y nos hemos separado, la competitividad del sistema actual ha resurgido sobre la amistad y el respeto, ahora no somos amigos, somos rivales. Mi amistad fuera de clase ya es casi inexistente, clandestina, esta vez las sospechas y la desconfianza que nos han enseñado a tener jugaron una mala pasada en mi vida. No estoy sola pero... tampoco sé en quien puedo confiar. Todo el mundo parece utilizarme y no quieren una amistad, quieren un objeto, un esclavo.

- A los 18 años (actualidad): He vuelto a cambiar de etapa, pero no solo de etapa, también de ciudad, de estilo de vida... Y aún así no me siento tan perdida como podría parecer. Es cierto que voy a echar de menos esa inocencia y mirada infantil que, por desgracia, la sociedad hizo que me saltara y, por ello, nunca tuve. No escribo todo esto para dar pena o para que se rían de mí. Esto es para hacer una DENUNCIA SOCIAL , para que los niños de hoy no sigan sufriendo este maltrato psicológico producto de enseñarles desde pequeños la discriminación al diferente, la falta de empatía y el egoísmo. Quizá podríamos aplicar un sistema parecido al de Summerhill en el que los niños veían la necesidad de los demás. Hoy en día los valores que se promueven son el método de "usar y tirar" a los demás, la xenofobia, el consumismo, la competitividad... que hacen que casos como el mío, o incluso casos más graves se den cada día sin intención de solucionarlo, lo que hace que muchas personas, en el futuro, tengan problemas para relacionarse ¿queremos un mundo basado en el respeto o en la discriminación? Gracias por leerme. Esta ha sido mi vida y la de muchos, hasta pronto.

Fdo: una futura educadora social

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